Por: César Hidalgo Torres
La de Banes es la última bahía al oriente de la costa de Maniabón. A diferencia de todas las
anteriormente mencionadas (y después de la Nipe), es la de mayor superficie de
Cuba.
Es su entrada de excepcional belleza paisajística. Se llega al interior de la bahía por un acceso serpenteante
de unos cuatro kilómetros de largo denominado El Cañón, que le da un toque distintivo y exclusivo a esta ensenada.
Estrecho y escabroso, rodeado
de lomas cortadas a tajo a ambos lados con costas limpias de manglares, dificulta el paso de buques de gran porte.
Zigzagueante entrada a la bahía de Banes. Foto satelital |
Seguidamente reproducimos un texto escrito en 1919 por la escritora y periodista española Eva Canel, quien un año antes de publicar su escrito, hizo un recorrido por mar llegando a la bahía de Banes:
“La
entrada de Banes no se parece más que a sí propia. No creo que haya en el mundo otra entrada a una bahía que
mayores admiraciones arranque. Y pensar que la inmensa mayoría de los cubanos no
conocen estas excelsitudes naturales de su tierra!!!!
“Cuando
se entra a la bahía de Banes hay momentos en que el barco entra en un círculo y
no es posible adivinar por algunos minutos cuál será la ruta a seguir: cuando
la proa queda enfilada definitivamente, entonces nos asalta la duda de si cabremos por aquella
boca tan estrecha: la navegación del Alto Magdalena en Colombia guarda
semejanza con la entrada de Banes. Tiene aquella, (la de Colombia), la
majestuosidad que las montañas le prestan y saltos que allí llaman “chorros”,
que se forman en las grandes bajantes del río y que dan ocasión a escenas
pintorescas para ayudar a subir los vapores. La entrada de Banes no se desliza
entre montañas, pero el terreno de sus orillas es feraz, hermosísimo y de vez
en cuando adornado de viviendas soñadoras, aunque para soñar hay que olvidarse
de los mosquitos, única bestia feroz, enemiga de estos admirables parajes.
“El embarcadero de Banes, donde atracó el “Las Villas”, (que es el nombre del barco en que viajaba la periodista), es muy hermoso: profusión de palmeras y de árboles colosales, calles, viviendas amplias... pero todo propiedad de la compañía del ferrocarril, dueña del muelle y de cuanto se ve: viviendas que alquila por precio mínimo, es verdad, a los empleados, prácticos, y demás familias que de ella dependen”.
Viejo embarcadero, Banes |
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