Por: César Hidalgo Torres
La
franja costera comprendida entre Gibara y la Punta de Piedra de Mangle, cuyo
punto principal es actualmente la playa de Caletones, estuvo habitada desde
tiempos prehistóricos por grupos humanos de economía no productiva que basaban
su subsistencia en la recogida de moluscos y de diversos frutos y raíces
obtenidos del medio que los rodeaba. Esas actividades las complementaban con la
caza y sobre todo la pesca. Evidencias de lo anteriormente dicho son los
números restos arqueológicos de estos habitantes primitivos del lugar
conseguidos en el área de Laguna Blanca[1],
a pocos kilómetros de la Playa de Caletones.
Estos
pobladores iniciales del área desaparecieron mucho antes de la conquista
hispana, quizás desplazados o asimilados por pueblos de origen aruaco que
practicaban la agricultura y que arribaron a Cuba en sucesivas oleadas
migratorias desde medio siglo antes que los españoles. De este segundo grupo se
han encontrado numerosos objetos en terrenos situados a pocos kilómetros de la
costa, sobre todo hacia la comarca de Las Caobas, (aunque hasta la fecha no se
ha realizado un estudio científico riguroso de los sitios donde aparecieron).
Sin
embargo Cristóbal Colón, acabado de llegar a la
bahía de Gibara en 29 de octubre de 1492, escribió en su Diario de navegación
que en ese lugar había casas grandes y abundante población.
El
30 de octubre el Almirante y sus acompañantes abandonaron Gibara y se dirigieron al oeste, pasando frente a la
costa de Caletones. Y al día siguiente volvieron a transitar la zona en sentido
contrario (rumbo a Gibara nuevamente).
Después de esa accidental presencia
europea, la zona quedó olvidada por más de dos siglos. Hoy los expertos se
asombran de la casi total ausencia de documentación sobre las tierras cercanas
a Gibara, (ello, probablemente, se debe a que se destruyeron durante el heroico
incendio de Bayamo de enero de 1869).
Inicialmente
todo el territorio que hoy corresponde al municipio Gibara quedó bajo el
dominio del Cabildo de Bayamo establecido en 1513, y en esa situación
administrativa se mantuvo hasta 1752, cuando pasó a depender del ayuntamiento
de la ciudad de Holguín, establecido en ese año. Entonces los de Holguín solicitaron
a la corona española que varios terrenos
situados cerca de la costa del norte pasaran a formar parte de los llamados
“Fondos de Propios” del cabildo o Ayuntamiento, para que este pudiera
arrendarlos y obtener recursos económicos para susostenimiento; entre ellos los que conformaron la hacienda de Socarreño y Caletones.
La
decisión favorable del rey español a la petición de Holguín no llegó hasta 1757[2],
pero parece que el Cabildo comenzó a manejar las tierras pedidas desde el mismo
momento de la solicitud y, como consta en actas notariales, en 18 de octubre de 1752 concedió a censo la
vasta posesión de Socarreño a don Juan Antonio de Almaguer Torres, “estimadas
en 200 pesos de posesión, con los linderos: al oeste, con el hato y corral de
Uñas y por el este, con el corral de Candelaria tirando al mar, y de ahí
tirando por la playa con derechura hasta la Peña del Mangle, y de ahí cortando
derecho a una punta de sierra”[3].Curiosamente
todavía hoy uno de los puntos costeros de la vieja hacienda se sigue nombrando Playa
Juan Antonio; ¿se deberá, acaso, al nombre del primer propietario? Por supuesto
que cualquier opinión al respecto cae en terreno especulativo, pero es
perfectamente posible.
Desde
el siglo XVIII se produjeron compraventas de derechos sobre el uso de la tierra
en esta gigantesca posesión, (dedicada fundamentalmente a la ganadería
extensiva sobre todo porque los terrenos costeros de la hacienda son muy poco
fértiles y por tanto poco propicios para la agricultura, mientras que el ganado
medra comiendo muchas veces hojas de árboles y arbustos, aunque igualmente se
ve afectado en épocas de sequía por la escasez de fuentes de agua). Entre las
personas que tuvieron propiedades en Socarreño-Caletones durante el siglo XVIII
estuvieron Juan Infante y Fructuoso Domínguez.
Playa Caletones |
Iniciado
el siglo XIX algunas personas se interesaron por obtener los productos del mar
que era posible extraer de la extensa franja costera que va desde Gibara hasta
la Punta de Piedra de Mangle, entre esos la concha de carey, de la que existen
reportes de exportación desde finales del siglo XVIII[4].En
1821 el pesquero de Caletones pasó a manos de José Miguel Agüero y en 1823 el
“hombre de mar Francisco Pérez” obtuvo la concesión del pesquero de El Mangle[5].
La
poca fertilidad de los terrenos de Caletones en contraste con los muy fértiles
valles de los ríos Gibara, Cacoyugüín y Yabazón, hizo que mientras el capital
anglosajón fundaba los ingenios Santa María y La Victoria en las feraces
tierras de aluvión cercanas a los ríos, la franja costera se mantuviera
solitaria, solamente visitada por unos pocos cazadores y pescadores y habitada,
nada más, por muy pocas familias, casi
todas extremadamente pobres, que
buscaban mejorar su subsistencia con los recursos que les brindaba el
ecosistema costero, sin que los inversores aspiraran a echarlos del lugar.
Al
iniciarse la Guerra por la independencia de Cuba en 1868 la población del área
costera seguía siendo escasa; destacando solamente un pequeño núcleo de vecinos
establecidos en La Resbalosa, a cierta distancia del mar. Y como en las
inmediaciones estaba el fortificado pueblo de Gibara, con población mayoritaria
a favor del dominio colonial, el estado español se sentía seguro… sin embargo,
el 10 de febrero de 1870 se produjo en la franja costera un hecho completamente
inesperado por las autoridades colonialistas asentadas en la villa cercana, (Gibara):
el desembarco de la expedición del patriota cubano Domingo Goicuría Cabrera.
Actualmente en Playa Caletones se celebra uno de los más importantes Festivales de Música Electronica:
Actualmente en Playa Caletones se celebra uno de los más importantes Festivales de Música Electronica:
[1]Museo
Municipal de Gibara: Inventario de Sitios Arqueológicos del Municipio.
Actualización 2003
[2]Ver:
Ávila Del Monte, Diego de: “Memoria sobre el origen del hato de San Isidoro de
Holguín”. Pág. 112
[3]Ídem.
Págs. 112 y 113. Ver también: Novoa Betancourt, José: “Diccionario Histórico de
la Propiedad Agroganadera. Jurisdicción de Holguín”. (Inédito)
[4]Ver:
Archivo Nacional de Cuba, Fondo Intendencia General de Hacienda, Legajo 93 no.
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