Por: César Hidalgo Torres
Punta
Mula es un gran saliente costero de 3 525 metros de largo por 30 metros de
ancho. En él se encuentra la playa homónima.
En
el sitio inicia una barrera coralina de 11,7 kilómetros que alarga hasta playa
Puerto Rico.
Es
en punta Mula donde se ha localizado la mayor población de una especie emigrada por los cambios climáticos que
ocurren en el mundo: el pez León. Esos son animales que habitualmente han
vivido en los mares asiáticos pero que en los últimos años se han radicado con
éxito en las aguas del mar Caribe donde ha encontrado condiciones favorables a
su hábitat.
En
la dicha punta desagua al mar el río Jagüeyes. Cerca se ubica un caserío de
igual nombre.
Río
Jagüeyes nace en una vasta región conocida como Jagüeyes de Puerto Rico y Jagüeyes
de Mula. En él desaguan dos arroyos nombrados Puerto Rico y Jagüeyes. Sus
cabezadas están en varias elevaciones no mayores de 150 metros y corre por 12
kilómetros.
A
partir de ese lugar el arrecife coralino se reorienta en dirección noroeste-sureste-sur-suroeste,
en paralelo al litoral.
A
lo largo de punta Mulas se extiende por 2 175 metros la playa de igual nombre.
A su alrededor se construyó una base de campismo popular. A un kilómetro de la
saliente costera se puede ver parte de un barco hundido, y asimismo desde su
costa se observa a simple vista el caserío Punta Mula que en 2002 tenía 160
habitantes. Ese poblado se comunica con Banes a través de un terraplén de 35
km.
Punta Mulas |
Tierra adentro se desarrolla una amplia llanura cársica en la que se descubren lapiaz, dolinas, casimbas y espeluncas o cuevas. En la dicha planicie se encuentra cueva Portán, ubicada a 11,4 kilómetros al este-noreste de Banes. La dicha cueva tiene entre sus singularidades una cavidad superior a los mil metros que los murciélagos han convertido en trampa térmica.
Otra
cueva de la zona es la llamada Las Cuatrocientas Rosas. Esa es la espelunca más
importante de la localidad. Pero en realidad Las Cuatrocientas Rosas son dos
cavidades. Una de ellas es la nombrada
del Hoyito, que se encuentra a 2,7 kilómetros al noroeste de playa
Puerto Rico y con una dimensión de 970 metros. Tres son las galerías de esta
cueva, la primera inundada, y todas con chimeneas abiertas hasta convertirse en
claraboyas. Profusamente explorada por la Sociedad Espeleológica de Cuba, sobre
todo por los bioespeleólogos, en el Hoyito se ha clasificado gran parte de su
fauna.
A
solo kilómetro y medio de la anterior se abre otra cavidad, esta de grandes
proporciones se nombra cueva del Indio. Tiene la mencionada 686,4 metros de
tamaño y está enclavada en un promontorio a 42 metros de altura sobre el nivel
medio del mar, con un desnivel de 16 metros. En su interior existe agua dulce.
A
esa cavidad se accede a través de una pequeña dolina que da paso a grandes
galerías con cuatro claraboyas y gran variedad de formaciones secundarias. En
la tranquilidad de esos parajes subterráneos encuentran refugio seguro
lechuzas, sijúes y murciélagos.
Al
sur de la desembocadura del río Jagüeyes, al oeste de la playa Puerto Rico, se
vuelve a formar una nueva barrera coralina en arco con seis kilómetros en
dirección noreste-suroeste que bordea punta Morales hasta la playa homónima.
Leer además: ¿Punta de Mulas era el lugar de Cuba al que los aborigenes de la zona llamaban Cubanacán?
Un
hacha atípica de forma campaniforme y manufacturada en piedra fue encontrada de forma casual por el
pescador deportivo Julio César Santos Tamayo en la playa de Punta de Mulas,
perteneciente al municipio de Banes, al norte de la provincia cubana de
Holguín.
El
instrumento perteneció a los primero pobladores que habitaron este lugar hace
alrededor de unos 6 mil años.
La
pieza de un excepcional valor arqueológico tiene una altura de 20
centímetros, 8 milímetros de profundidad y 10 centímetros de ancho en la
parte inferior.
Antes
de este descubrimiento solamente se había localizado un hacha de ese tipo en
el territorio, pero diferente en tamaño y espesor.
Funciones
utilitarias se le atribuyen a esta herramienta aborigen, según expresó el
Licenciado Luís Rafael Quiñones, especialista del museo Indo Cubano Baní.
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