Por: César Hidalgo Torres
Está
ubicado al suroeste de las bahías de Jururú y Bariay, a poco más de cinco
kilómetros al oeste del poblado de Fray Benito, dentro del grupo orográfico de
Maniabón. Posee una altura máxima de 266 metros sobre el nivel medio del mar. En
la base de la elevación se construyó la base de campismo popular “La Silla de
Gibara”, que es muy frecuentada por los habitantes de la provincia.
Las Tinajitas y Silla de Gibara desde la bahía de Gibara |
Recoge
la leyenda popular que el nombre del cerro le viene de un arroyo que en el
siglo XIX corría por la base del mogote, (en la actualidad allí hay un
arroyuelo que es intermitente, en dependencia de las lluvias). Se dice también que
las aguas del dicho arroyo eran claras y transparentes y para retenerlas se
construyó una serie de embalses hechos de ladrillos que tenían forma esférica.
A esos los llamaban los vecinos “Las Tinajitas” por el parecido que tenían con
los populares receptáculos de cerámica.
Este
cerro, igual que otros aledaños, en la base está constituido por rocas con
fuerte componente serpentinítico, que es lo mismo que decir rocas conformadas
por cuotas de hierro, y sobre esas, como si la hubieran colocado encima, una
enorme roca caliza que es el cerroen sí.
Las Tinajitas y Silla de Gibara vistos desde el pueblo de Gibara |
Las Tinajitas y Silla de Gibara |
Las
laderas de la enorme piedra caliza o cerro son verticales en algunos puntos,
sobre todo en los flancos que miran al norte.
El
agua que por siglos se ha escurrido de la cima a la base del enorme pedrusco lo
ha erosionado la parte blanda de la roca formando importantes formas en el
suelo, entre ellas lapiaz o acanaladuras de grandes dimensiones separadas por
estrías cortantes[1].
En
las paredes de Las Tinajitas abundan impresionantes y profundos surcos que
parecen arañazos hechos en la piedra por una fiera mitológica gigante. Y en la
base del cerro hacia el norte-noroeste hay una gran cantidad de bloques de
piedra que por siglos han caído de las alturas. La causa de ellos son múltiples
fenómenos, primero es el agua acanalando y agrietando las paredes, luego los
movimientos tectónicos desprenden pedazos de roca que caen en la base y que en
ocasiones, unos sobre los otros con espacios vacíos entre ellos, forman
singulares cavernas, como una, quizás la más famosa por ser la más alta de
Cuba, a 1 260 metros sobre el nivel del mar, en el Pico Turquino, que se conoce
como la cueva del Aura.
En
la cara norte del cerro Las Tinajitas hay una cueva muy singular que se formó
en una gran oquedad de las laderas sobre la quedesde la cima cayó una avalancha
de bloques. Esa, que se conoce como cueva de La Merienda, está considerada
desde que se exploró en 2011 como la mayor de su tipo en la región con 120
metros, pero los espeleólogos consideran que puede ser mayor porque cuando la
visitaron no pudieron llegar hasta el fondo por la inestabilidad de los bloques
en su techo.
Otra
cueva en ese cerro, la más famosa del macizo, llamada de Las Tinajitas, posee
un origen más convencional, esto es, la acción de las aguas carbonatadas sobre
las rocas calizas. Con 125 metros de recorrido, salones con galerías amplias,
buena ventilación y formaciones secundarias (estalactitas y estalagmitas), es
muy visitada por los excursionistas que, lamentablemente, han provocado
alteraciones en su interior.
[1] La
acción mecánico-química de las aguas de escurrimiento corroe o erosiona la
caliza y para ello aprovecha todo tipo de fisuras. Estas zonas de mínima
resistencia son excavadas al punto de formar micro relieves con crestas y
hendiduras de diversas dimensiones, en dependencia del volumen de las aguas de
escurrimiento y del grado de solubilidad de la roca.
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