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martes, 7 de agosto de 2018

Escenificación del desembarco de Cristóbal Colón en Bariay



Por: Cosme Casals Corella y Elena Guarch Rodríguez
La escenificación del desembarco de Cristóbal Colón en Bariay se estrenó el 28 de octubre de 2007.
El desembarco de Cristóbal Colón y su tripulación en Bariay, costa Norte de la actual provincia de Holguín, en Cuba, significó el nacimiento de Iberoamérica.
La llegada y desembarco no solo representaba para Colón la confirmación de haber llegado a las Indias Occidentales, ni tampoco haber descubierto una nueva ruta comercial a través del mar tenebroso; incluso, no representaba haber encontrado un nuevo continente, desconocido hasta entonces. Representaba, eso sí, tomar posesión de las tierras, lo que en lo personal significaba para el Almirante uno de los acontecimientos que debería llegar a efecto con el mayor rigor legal, majestuosidad y de absoluto respeto por sus soberanos y por el cristianismo porque cada lugar pisado por él no solo constituía una nueva propiedad de los reyes de España, sino que también era su propiedad, como constaba en las Capitulaciones de Santa Fé, suscritas por ambas partes el 17 de abril de 1492. De lo anterior se entiende que cada desembarco consistía en una muy bien estudiada puesta en escena.
Sin embargo extraña que la mayoría de las veces los historiadores y biógrafos de Colón mencionen muy vagamente él interés particular del Almirante y se centren la mayoría de las veces en magnificar el acontecimiento desde la óptica internacional, que evidentemente también la tiene: con aquel acto los reyes Católicos se convertían en los Soberanos más poderosos de la Cristiandad y de todo el mundo y asimismo comenzaba a unirse en uno solo los dos mundos, el Viejo y el Nuevo. En el segundo, obviamente había otros hombres y mujeres con distintas formas de vida, creencias, lenguajes, costumbres…
Precisamente por la aspiración personal del genovés, la llegada y toma de posesión de las tierras recién vistas tenía la solemnidad que para Colón tenía, y solamente después se hablaba de la posibilidad de contactar con el emperador de los chinos. (Por cierto, si Colón creía, como dice muchas veces, que eran aquellas tierras propiedad del Gran Khan, cómo es que toma posesión de ella para sus soberanos?)
La bahía de Bariay, el lugar de Holguín, Cuba, donde nació Iberoamérica
Tomando en cuenta lo dicho, es que se elaboró este guión escénico para representar cada año el desembarco de los europeos en Bariay.
Personajes:
CRISTÓBAL COLÓN – Almirante de la Mar Océana.
MARTÍN ALONSO PINZÓN – Capitán de la carabela La Pinta.
VICENTE YAÑEZ PINZÓN – Capitán de la carabela La Niña.
RODRIGO DE ESCOBEDO – Escribano de la Armada.
PEDRO SÁNCHEZ DE SEGOVIA – Interventor Real.
MARINERO – (cuatro en total, que son los remeros)
GRUPO DE ABORIGENES NATURALES DE LA ZONA (son tres que pertenecen a una familia)
Señal en medio de la bahía de Bariay que indica donde Colón fondeó sus naves
1.   Los dos bateles parten de la boya donde fondearon las naves Colombinas. (Mientras navegan hacia tierra se oye música e época y la locución)
·         En el primer batel viene el Gran Almirante Cristóbal Colón y también Rodrigo de Escobedo, Pedro Sánchez, (que porta una cruz), y dos marineros. Colón viene en la proa con la espada desenvainada y portando el Pendón Real de Castilla.´
·         En el segundo batel vienen los capitanes Pinzón, cada uno porta un estandarte de fondo blanco con una cruz verde en el centro, que además tiene en ambos lados una “F” de Fernando y una “Y” de Isabel. Con ellos vienen dos marinos.
2.   Tres aborígenes permanecen ocultos mirando cómo se aproximan a la costa los bateles. Cuando desembarcan, los aborígenes huyen y se esconde.
3.   LOCUTOR (EN OFF): Estimados visitantes:
El Parque Monumento Nacional Bariay les da la más cálida bienvenida y les presenta, para su disfrute, uno de los momentos más trascendentales de la Historia de la humanidad.
Esta escena que ya presencian está basada en una recreación de los hechos históricos reales sucedidos en el siglo XV en este mismo escenario: la escenificación del desembarco del Gran Almirante Cristóbal Colón en tierras cubanas durante su primer viaje.
Soplaban vientos propicios, era el vigésimo octavo día del mes de octubre del año mil cuatrocientos noventa y dos, en una mañana invernal.
Y fue el Almirante “en demanda de la Isla de Cuba al sursudoeste, y entró en un río muy hermoso y muy sin peligro de bajas ni otros inconvenientes, y toda la costa que anduvo por allí era muy honda y muy limpio fasta tierra. Tenía la boca del río doce brazas y es bien ancha para barloventear.
De estas formas las naves colombinas, la Santa María, La Niña y La Pinta fondearon en la bahía de Bariay, tierras del Nuevo Mundo.
Dice el Almirante que nunca tan hermosa cosa vido, lleno de árboles, todo cercado el río fermoso y verdes y diversos de los nuestros con flores y con su fruto cada uno de su manera. Aves muchas y pajaritos que cantaban muy dulcemente.
Había gran cantidad de palmas de otra manera que las de Guinea y de las nuestras: de una estatura mediana sin aquella camisa y las hojas muy grandes.
La yerba era grande como en Andalucía por abril y mayo: halló verdolagas muchas y bledos.
4.   COLON: Salta a tierra y con voz alta dice: Arriba, arriba todos a tierra. (Pausa) Seguidme mis capitanes Martín y Vicente, hemos llegado a Cipango, tierra del Gran Khan.
5.   MARTIN ALONSO: (Alegre) Sí, mi Almirante, hemos llegado a tierra firme después de tantos inconvenientes.
6.   Todos desembarcan. Colón se adelanta a sus acompañantes y se arrodilla. En sus manos coge un puñado de arena y la besa, entonces mira al cielo como dándole las gracias a Dios. El resto de la comitiva detrás de él, lo imita.
7.   COLON: Arriba mis marinos, clavad la cruz en nombre de nuestro Salvador Jesucristo y nuestras altezas el Rey Fernando y la Reina Isabel.
8.   Dos marinos se adelantan, uno sujeta la cruz y el otro cava un hueco con una pala de madera. Cuando está hecho, allí entierran la cruz. Los dos marinos se marchan.
9.   COLON: (Con voz muy firme) Hemos de orar a Jesucristo que una vez más nos ha salvado la vida en estos mares. Esta tierra firme que he descubierto llevará el nombre de San Salvador.
10.  Todos oran.
11. Terminada la plegaria, todo se ponen en pie.
12.  COLON: (Con voz enérgica) Rodrigo de Escobedo, escribano de nuestra armada, ante la presencia del señor Don Pedro Sánchez de Segovia, interventor real, ha de dar testimonio de como Yo, Cristóbal Colón, ante todos, tomo posesión de esta tierra por el Rey y por la Reina, sus señores.
13. ESCOBEDO: (Se adelanta, abre un pergamino y lee en voz alta) Testimonio de cómo el Almirante don Cristóbal Colón toma posesión de tierra firme.
Hoy domingo, a los veinte y ocho días del mes de octubre del año del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo de mil cuatrocientos noventa y dos años.
El muy magnifico señor Don Cristóbal Colón, Almirante Mayor de la Mar Océana, Virrey y Gobernador Perpetuo de todas estas Islas y tierras firmes de las Indias descubiertas o por descubrir, requirió a mí, Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la armada, y del señor Don Pedro Sánchez de Segovia, interventor real, para que hemos de dar fe y testimonio mediante la presente acta que el señor Don Cristóbal Colón ha tomado posesión de esta tierra firme por parte de sus altezas y nuestro Señor Jesucristo.
Por mandato del Rey Fernando y de la Reina Isabel y en virtud de dicho mandamiento y del señor Don Cristóbal Colón, lo hice escribir y saqué en limpio y lo firmé y le he puesto mi signo en testimonio de la verdad.
Place a sus Altezas.
Rodrigo de Escobedo, Escribano de la Armada.
Pedro Sánchez de Segovia, Interventor Real.
Cristóbal Colón, Almirante Mayor de la Mar Océana, Virrey y Gobernador.
14.  Colón es saludado por todos, en ellos hay mezcla de alegría y llanto. Todos dan vítores a los reyes.
¡Vivan los reyes Fernando e Isabel!
¡Viva la Reina Isabel!
¡Viva Castilla!
15. COLON: Irrumpe con voz alta y haciendo ademanes, se dirige a los bateles.
Arriba, a embarcarse que hemos de recorrer este hermoso río.
16. Todos regresan a la barca y se marchan. Concluye la música de fondo.
17.  La Gran Cruz ha quedado clavada en la playa.
18.  Los “indios” empiezan a salir, se acercan a la cruz, asombrados. Cuando están todos bailan el Areito alrededor de la cruz.
19.  LOCUTOR (EN OFF): Tornose a la barca el Almirante Cristóbal Colón y anduvo por el río arriba un buen rato y era, dice, gran placer ver aquellas verduras y arboledas y de las aves, que no podía dejarlas para volver. Dice que es aquella Isla la más hermosa que ojos hayan visto, llena de muy buenos puertos y ríos.
La Isla, dice que está llena de montañas muy hermosas, aunque no son muy altas, grandes en longura y toda la otra tierra es alta de la manera de Sicilia.
Decían los indios que en aquella Isla había minas de oro y perlas y vido el Almirante lugar apto para ellas y alemejas que es señal de ellas y entendía el Almirante que allí venían naos del Gran Khan y grandes y que de allí a tierra firme había jornada de diez días; llamó el Almirante aquel río y puerto de San salvador.
20. Se oye el tronar de una lombarda. Los indios caen al suelo y yacen, tirados simbolizando el ocaso de su cultura y el encontronazo que representó la conquista y colonización de las tierras del Nuevo Mundo.
21. LOCUTOR (EN OFF): En eta tierra se encontraron por primera vez los hombres de dos mundos. Bajo el estandarte real de Castilla estaban los que procedían del país de la pólvora y la máquina de imprimir, de grandiosas catedrales y blancas naves aladas, de grandes humanistas y crueles inquisidores.
Eran nuevos Jasones que habían abierto el camino a través del océano. Eran pilotos de la expedición oceánica y pioneros de las futuras conquistas coloniales.
Los aruacos, por su parte eran hombres desnudos, confiados e indefensos, que mullían la tierra con palos puntiagudos, que vivían en chozas de paja y desconocían el hierro, la pólvora y las hogueras de los actos de fé.
Encuentro parece palabra más conveniente que descubrimiento, porque no era la humanidad la que descubría una tierra nueva y desierta. Eran dos partes de la humanidad, dos mundos que se encontraban aquella mañana en Bariay-San Salvador.
Baile Areito, con el que los aborigenes invocaban sus dioses
El Almirante toma posesión de las tierras que acaba de entrever
Los aborigenes tratan de hacer resistencia


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